Estoy hasta las mismísimas narices de la gente que no da la cara, de la que, amparándose en el anónimato, te insulta de todas las maneras posibles, como los anónimos que, de vez en cuando, aparecen por aquí y por el otro blog y me llaman desde "calientapollas" hasta "facha" pasando por "guerracivilista".
Al anónimo de hoy, cuyo comentario acabo de publicar en mi escrito anterior, le diré que, entre mis muchísimos defectos, no se cuenta el de ser simple (como sé que no lo sabe le aclararé que simple, según la R.A.E., significa: Manso, apacible e incauto, mentecato y adobado).
Desgraciadamente para tí, anónimo, confluyen tres circunstancias que no me van a hacer dejar de escribir en mi blog lo que me apetezca:
1) Este, mal que te pese a tí y a la gente como tú, es un país libre.
2) Tengo (certificado y "diagnosticado") un C.I. que te acojonaría, probablemente te lo doble, así que me puedes tachar de lo que te de la gana pero de simple va a ser que no.
3) Presumo (porque puedo) de "tenerlos muy bien puestos", por lo que ni tú, ni una legión como tú, me va a amedrentar y seguiré escribiendo lo que considere conveniente o me apetezca.
Y, por último, para que veas lo que te aprecio, un regalito:
Cuando vengas de cara me encontrarás,
cuando tengas agallas responderé,
cuando quieras luchamos, te venceré
cuando no seas cobarde, comprenderás
que siempre batalla te presentaré,
que no será tu lengua la cuchilla
que me impida escribir ni una coplilla
piensa que, si quiero, te avergonzaré
nunca confundas miedo con prudencia,
craso error por tu parte sería hacerlo,
aunque tú no conozcas la decencia
a mí me la enseñaron siendo cría,
como también mamé la gallardía,
que me hace ignorar tu cobardía .
Hala, y ahora te entretienes y me dejas otro comentario.
Al anónimo de hoy, cuyo comentario acabo de publicar en mi escrito anterior, le diré que, entre mis muchísimos defectos, no se cuenta el de ser simple (como sé que no lo sabe le aclararé que simple, según la R.A.E., significa: Manso, apacible e incauto, mentecato y adobado).
Desgraciadamente para tí, anónimo, confluyen tres circunstancias que no me van a hacer dejar de escribir en mi blog lo que me apetezca:
1) Este, mal que te pese a tí y a la gente como tú, es un país libre.
2) Tengo (certificado y "diagnosticado") un C.I. que te acojonaría, probablemente te lo doble, así que me puedes tachar de lo que te de la gana pero de simple va a ser que no.
3) Presumo (porque puedo) de "tenerlos muy bien puestos", por lo que ni tú, ni una legión como tú, me va a amedrentar y seguiré escribiendo lo que considere conveniente o me apetezca.
Y, por último, para que veas lo que te aprecio, un regalito:
Cuando vengas de cara me encontrarás,
cuando tengas agallas responderé,
cuando quieras luchamos, te venceré
cuando no seas cobarde, comprenderás
que siempre batalla te presentaré,
que no será tu lengua la cuchilla
que me impida escribir ni una coplilla
piensa que, si quiero, te avergonzaré
nunca confundas miedo con prudencia,
craso error por tu parte sería hacerlo,
aunque tú no conozcas la decencia
a mí me la enseñaron siendo cría,
como también mamé la gallardía,
que me hace ignorar tu cobardía .
Hala, y ahora te entretienes y me dejas otro comentario.