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29 febrero 2012

Jugar con muertos


Es evidente que hay gente que no tiene ningún escrúpulo en hacer lo que sea con tal de no asumir lo que ha votado la mayoría, son capaces hasta de jugar con muertos.

Me estoy refiriendo a los sindicatos y a su actitud vergonzosa y rastrera, a esos mismos que sólo fueron capaces de hacerle a ZP una huelga de mentirijillas y pactada a los 7 años de estar destruyendo empleo, a los que utilizan como borregos a los niños de un instituto en el que, supuestamente, no había calefacción para ponerlos a recibir las hostias de los antidisturbios y rasgarse las vestiduras por ello, a quienes reciben en el Parlamento valenciano con honores a un niñato estúpido que hace continuamente apología del terrorismo y de la violencia como si fuera el héroe del momento, a los que, en nombre de una mal llamada democracia y en el supuesto ejercicio de sus derechos, se permiten quemar contenedores, coches, mobiliario urbano y lo que les venga en gana.

Todos ellos están provocando un clima de crispación vergonzante y preocupante y vamos viendo, día a día, como dan una vuelta de tuerca más en su intento de, insisto, seguir montados en la misma “burra” con aire acondicionado que les proporcionó ZP y con una ceguera absoluta respecto a las necesidades actuales de España y a la gravedad de la situación y, sobre todo, a la necesidad del sacrificio de todos para salir de esta.

Hoy los sindicatos han rizado el rizo de la poca vergüenza al anunciar movilizaciones para el próximo 11 de marzo, tomando como excusa un supuesto homenaje a las víctimas del 11-M, lo ha dicho José Ricardo Martínez, el pobrecito que no sabe lo que gana porque la Renta se la hacen, y se ha despachado diciendo que harán un homenaje y un gran recuerdo a las víctimas y a sus familiares.

Y el caso es que no le falta razón, porque “recuerdo” lo que es “recuerdo” claro que lo van a tener los familiares, ¿cómo no tenerlo si ves que están jugando con tus muertos?, de hecho va a ser un “recuerdo” inolvidable para esos familiares ver como utilizan a sus muertos no para llorar por ellos, no nos engañemos, sino como conmemoración del día en que, contra todo pronóstico, esos cadáveres sirvieron para que ellos empezaran a enriquecerse a costa de todos los españoles. Y que conste que esta última afirmación no es gratuita, es demostrable B.O.E. en mano.

Digo yo que ya que, supuestamente, se manifiestan ese día por las víctimas, los carteles los estarán encargando con exigencias para que se investigue el tren que acaban de encontrarse y, de una vez por todas, se empiecen a depurar responsabilidades y a aclarar temas ¿o no, que va a ser que eso no conviene?, que a ellos sólo les conviene jugar con los muertos.

26 febrero 2012

La Rive Gauche


Esta mañana me he levantado con un antojo, me apetecía sobremanera irme a la Rive Gauche, a la de París digo, no piense nadie que me hago de izquierdas.

Con esta imaginación tan fértil que Dios me ha dado, me imaginaba sentada en la terraza des “Deux Magots”, mirando los geranios y dejándome sablear unos 30€ pour le petit déjeuner servido por un camarero resabiado, yo ahí toda mona, sombrerito incluido y los rizos asomándome por debajo, y escribiendo esto allí con mi netbook rosa tan mono sobre los muslos, pero sin surrealismos ni existencialismos ni nada, a mi “bola”, que yo no quiero arreglar el mundo.

Pero, claro, luego viene la realidad y la mía era que a mí hoy no me “venía bien” irme a París así que, como aquí hace un sol que rabia y el que no se conforma es porque no quiere, me he hecho un café au lait, un jus d'orange y, en lugar de un croissant, un brioche o un petit pain au chocolat, una tostada con pan de ayer, aceite de oliva y un tomate restregado y me he salido a la terraza a comérmelo con la media docena de pastillas que me tomo por las mañanas.

Mientras tomaba el sol, pensaba en la delicia que supone hacerlo y que, además, es gratis pero al momento he recapacitado y digo: “gratis, una leche” y me he ido a mirar la última factura de la luz y me ha entrado un mosqueo que no veas cuando he visto eso de: “le informamos que, de su factura, 146'03 € corresponden a impuestos”. Entonces, para regodearme y en plan masoca total, he visto que de esos 146'03 € sólo unos 79 € correspondían al I.V.A. Y digo: “mira que si los otros 67 € son de las renovables” y ahí es dónde me he disparado.

De hecho, como en el fondo soy muy maru y yo los domingos amaso pan, hasta he pensado seriamente ponerlo al sol en lugar de al horno a ver si había suerte y se cocía, pero al final ha primado la sensatez y lo he metido al horno. Eso sí, juro que jamás volveré a mirar una factura de luz, hala, ojos que no ven corazón que no siente.

22 febrero 2012

Carne de cañón

En los últimos días, con los sucesos de Valencia, estamos viendo como se demoniza a la policía por activa y por pasiva y como se hace una utilización vergonzosa de los menores por parte de la izquierda radical, que ni digiere los resultados de las últimas elecciones ni la que se avecina en Andalucía según las encuestas.

Los están utilizando como carne de cañón, como parapeto y hasta como lengua y ellos, la mayoría en su inocencia, se están dejando llevar y recibiendo los palos que la policía se ve obligada a dar para tratar de controlar la barbarie, palos que “venden” mucho en la prensa y que sirven para caldear los ánimos.

El que un menor, en horario escolar, salga del centro donde cursa sus estudios a manifestarse resulta tremendamente sospechoso porque, recordemos, durante las horas lectivas el menor está bajo la tutela, responsabilidad y protección del centro y, bajo ningún concepto, se les puede permitir que se vayan de manifa ni, muchísimo menos, calentarlos para que quemen, arrojen botellas e insulten a la policía ni, por descontado, ponerlos en primera fila de ningún disturbio para que se lleven los palos.

Lo de Valencia era tan fácil como pedir permiso para manifestarse pero eso, claro está, no le conviene a los instigadores de turno, por un lado a esos seres despreciables hasta la náusea que tratan de conseguir en la calle lo que les han quitado las urnas y, por otro lado, a los perroflautas que no han trabajado en su puñetera vida ni llevan camino de hacerlo pero que se creen con la autoridad para tomar lo que les venga en gana y que los demás paguemos por ello y que, por descontado, se apuntan a un bombardeo con tal de no estar trabajando, estudiando o duchándose, cosa que les vendría estupendamente para aclararles las ideas.

Y esos niños de instituto, perfectamente aborregados para la ocasión, están, entre otras cosas, hinchándose a decirle a la policía “hijos de puta”, “me cago en tus muertos” y lindezas semejantes, al tiempo que les tiran botellas, queman contenedores, cortan el tráfico y la parafernalia propia de la situación. Con esta premisa, no sé de qué se extraña nadie de que la policía responda y actúe en consecuencia ¿o deben dejarse matar porque así lo haya decidido la gente que está, repito, más que conscientemente haciendo por la vía ilegal algo que podrían estar haciendo legalmente con sólo pedir los permisos correspondientes?.

Para terminar, no puedo dejar de recordar la frase mítica de Pablo Iglesias, tal cual consta en el Diario de Sesiones del Congreso del 7 de julio de 1910: "Debemos, viendo la inclinación de este régimen por S.S., comprometernos para derribar ese régimen. Tal ha sido la indignación por la política del Gobierno del Sr. Maura en los elementos proletarios que nosotros hemos llegado al extremo de considerar que antes de S.S. suba al poder debemos ir hasta el atentado personal". Recordemos que, pese a la insistencia del presidente del Congreso, Iglesias se negó a retirar la frase y que 15 días después un niñato de sólo 18 años, carne de cañón desechable para Iglesias como lo son ahora para otros los niños de instituto, atentó contra Maura en Barcelona.



P.D. Pongo aquí el vídeo que Natalia ha dejado en su comentario




18 febrero 2012

Otros sí saben lo que cobran


Que un señor que lleva a sus hijos a colegios privados tenga el cuajo de hacer, incitando y participando, una huelga por la enseñanza tiene muchas narices pero todavía las tiene más el hecho de que el mencionado señor no sepa lo que cobra y así lo confiese.

Me refiero, claro está, a José Ricardo Martínez, sindicalista de pro y “coherente” el hombre donde los hubiere pues, preguntado por su supuesto sueldo de cerca de 200.000 € anuales, ha respondido que no lo sabe, que los datos de su sueldo estarán en internet y que seguramente cobrará unos 2.300 € al mes de Renfe.

Y se queda tan fresco porque, claro, ¿cómo va a saber el hombre lo que gana si la Declaración de Renta no la hace él sino que se la hacen en el Sindicato?. En realidad, teniendo en cuenta la cifra, es más que razonable, porque lo suyo son palabras mayores y ya se sabe que donde esté un ojo experto que te deduzca 20.000€ de esto, 20.000€ de lo otro...

Luego, tanto él como UGT han confesado que el hombre en realidad es un altruista de tomo y lomo porque el grueso de su salario lo dona al sindicato, es decir, que dicen que en realidad sólo percibe los más o menos 2.300 € al mes que le suelta Renfe por armar bulla, o sea, por estar liberado y no preocuparse más que de dar por saco, pillar subvenciones, lucrarse con los ERES y jorobar, que es, básicamente, lo que hacen los sindicatos en España, porque lo que es preocuparse de los trabajadores a la vista está que no.

Aceptando que done al sindicato lo que percibe como Consejero de Bankia y Cibeles, es decir, unos 180.000 € anuales y que realmente a su casa (como él dice) sólo llegan los 2.300 € mensuales de Renfe, cabe preguntarse si le ha “donado” también al sindicato las cuotas de los colegios privados de sus hijos pues, honradamente, de otra forma no salen las cuentas, vamos que un colegio privado no muy elitista no le sale por menos de 1.000 € al mes por hijo y no les queda ni para comprar el pan.

Y que conste que a mí me parece muy bien que cada uno lleve a sus hijos al colegio que le de la gana y pueda permitirse pero, eso sí, un poco de coherencia, por favor. Y, por descontado, teniendo en cuenta como está España y el puesto que tiene este señor lo mínimo que podría hacer es tener la decencia de no descolgarse con imbecilidades como que no sabe lo que gana y que su sueldo estará en internet.

No es por nada, es sólo porque hay más de 5.000.000 de parados y muchísimas familias cuyo sueldo también se puede ver en internet, en realidad no hay más que poner 0 € y sale su sueldo, porque eso es lo que cobran, absolutamente nada.


12 febrero 2012

La muerte dignifica


Como hoy no tengo ganas de escribir de política, lo voy a hacer sobre la dignidad que uno adquiere después de morirse.

Que la muerte dignifica es algo que aprendí hace mucho tiempo, de hecho creo recordar que me di cuenta de muy jovencita en el entierro de la suegra de mi tía, uno de los primeros funerales a los que recuerdo haber asistido.

La mujer era el bicho más malo que pisaba la tierra y yo, en mi inocencia, viendo a la gente llorar y repetir por activa y por pasiva aquello de: “pobrecita, con lo buena que era”, me dije a mí misma: “Ostras, a ver si me he equivocado de entierro”. Pero no me había equivocado, ni mucho menos, más que nada porque entonces los velatorios los hacían en las casas.

Parece, o al menos a mí me lo parece, que cuando alguien fallece automáticamente queda prohibido criticarle o decir lo que se pensaba del sujeto en cuestión y, de decirlo, caes o caías en la ignominia más absoluta y esto lo sé de muy buena tinta porque le pasó a una tía abuela mía.

Ella tenía un marido que era muy bueno de lunes a viernes, los sábados le pasaba como al del ramito de violetas de Cecilia, que se convertía en el mismísimo demonio, pues tenía el hombre la costumbre de cobrar el jornal e irse con los amigos de vinos. Luego, ya el domingo, se lo traían harto de vino y con los bolsillos casi vacíos, con lo cual en la casa se pasaban dificultades para poner la mesa y, cuando se murió, mi tía abuela sintió tal alivio que, en pleno velatorio, le soltó algo así como: “Pepe, por ser la primera vez que te mueres bien muerto estás”.

Esto le valió a la pobre el cachondeo perpetuo por parte de la familia y el estigma permanente en el pueblo, porque menudo atrevimiento el suyo soltarle eso al difunto, sobre todo en una época en la que había que guardar las formas.

Más tarde, su mal ejemplo sirvió para que mi tía Victoria le soltara a su abuela, también de cuerpo presente, algo así como: “te jodes, te jodes, que ya no me puedes pellizcar” (parece ser que mi bisabuela solucionaba las travesuras con pellizcos y a mi tía la llevaba frita). No hubiera pasado nada si mi abuela (que era de armas tomar) no la hubiera visto, pero como la vio parece que el castigo que le cayó fue apoteósico, por irreverente. Mi tía, que tiene más de ochenta años pero sigue siendo una cachonda de muchísimo cuidado, dio por bueno el castigo por lo a gusto que se quedó y se ríe tanto contándolo que hasta se le saltan las lágrimas y dice: “yo pensando que no me veía nadie y diciéndole, anda chula, levántate y pellízcame y la otra en la caja y sin moverse”.

Y el más claro ejemplo reciente de lo que dignifica la muerte sería lo del difunto “demócrata” coreano, anda que no lo sintieron y corrieron ríos de lágrimas.

11 febrero 2012

Hace falta algún bozal


Ayer, cuando escribí sobre la hija de Garzón, puse que Martu Garrote, no contenta con llamar a los discapacitados de la Comunidad de Madrid "mendigos", "pordioseros", "tullidos" y "polipoterras", ha pensado ahora que no le acomoda la placa conmemorativa de los sacerdotes asesinados durante la Guerra Civil que hay en la catedral de Granada y se ha despachado diciendo en su Facebook: "Siempre digo que en España quemamos pocas Iglesias y matamos pocos curas, pero en la Catedral de Granada dan fe de lo malos que somos los rojos".

Esa frase me lleva picando desde ayer y, aunque a mí no me va a subir la tensión por ningún tema político porque, aunque pueda parecer lo contrario, la política me deja dormir, he de reconocer que me molestan sobremanera las declaraciones de este tipo.

Y, reflexionando sobre ello, caigo una vez más en la cuenta del daño tan grande que Zapatero le ha hecho a este país (tocaba hablar de él porque no hay que perder las buenas costumbres), pues no se ha conformado solamente con dejarlo en la ruina, sino que ha conseguido que el tema de la guerra civil sea algo cotidiano y se fomenten odios y rencillas donde antes no había más que una historia que olvidar y, sobre todo, que no repetir.

A mí me parece muy bien, como imagino que se lo parecerá a cualquiera con un poco de sensatez, que se recuperen todos los cadáveres que pueda haber por ahí en fosas comunes o enterrados en cualquier sitio y se les de una digna sepultura, a todos, a los que fueron militantes de izquierda y a los que lo fueron de derechas, de hecho yo no descansaría hasta tenerlos a todos localizados. Ahora bien, lo que jamás me va a parecer bien es que nos pinten el asunto como si en la dichosa guerra sólo hubiera habido víctimas de un lado, sencillamente porque no fue así y ambos bandos cometieron atrocidades, tantas que hasta hubo casos que en la misma familia un hermano estaba en un bando y otro en el contrario y no por ideología, ni mucho menos, sino porque le tocó porque sí y no había más narices que aceptarlo.

Por ello, palabras como las de Martu Garrote, incitando a la violencia, tan llenas de rencor y de maldad me producen una repugnancia infinita y es que, lo miremos como lo miremos, son tan infames como si a alguien se le ocurriera ahora mismo decir que no se fusilaron suficientes personas de izquierdas. La diferencia es que si alguien dijera eso ahora mismo aquí se liaba parda y, por contra, parece que hay quienes tienen patente de corso para hacer y decir lo que les de la gana, para arrogarse un sufrimiento que no fue suyo exclusivamente sino de todos.

Un día, sobre la Semana Santa pasada, escribí aquí una cosa que titulé como “maldito cabrón”, y lo hice por aquel pirado que incendió la Sagrada Familia, porque mi madre, que tiene demencia senil y casi ningún recuerdo, al ver la noticia en la tele revivió las cosas que, con 6 años, vivió durante la guerra: iglesias incendiadas y santos cayendo por un puente al río y el desconsuelo que le provocó revivir eso no tenía fin. Eso es parte de lo que nunca debió ver nadie, ni ella ni ningún otro niño, como también fueron parte muchas atrocidades que cometieron ambos bandos. Pero fue, no es, y como tal ya es tiempo de pasar página de una puñetera vez y de ponerle un “bozal” a gente como la señora o señorita Garrote y decirle que ya está bien, que ya hace demasiados años que el tema se acabó.

10 febrero 2012

La hija del prevaricador



Hecha pública la sentencia de Garzón y cuando todo el mundo habla de ello, sólo diré al respecto que siento una gran alegría por el contenido de dicha sentencia, por la sencilla razón de que, con la Ley en la mano, era la única que cabía, le pese a quien le pese y no le guste a quien no le guste y por mucho que nos la quieran presentar como sectarismo, venganza y todo lo que le venga en gana a quienes están utilizando la prevaricación de Garzón como arma política.

El hecho claro, probado y admitido por el propio Garzón es que ordenó unas escuchas que están expresamente prohibidas por la Ley, que vulneran el derecho a la defensa y que, por mucho Garzón que sea, le pillaron con el carrito del helado y tiene que pagar por ello. Y punto, no hay más porque ni él ni nadie está por encima de las leyes vigentes para todos.

Dicho lo cual, de lo que realmente me apetece reflexionar es de la carta que la hija de Garzón ha hecho pública, tras conocerse la sentencia, y que reproduzco a continuación:

Esta carta está dirigida a todos aquellos que hoy brindarán con champán por la inhabilitación de Baltasar Garzón.

A ustedes, que durante años han vertido insultos y mentiras; a ustedes, que por fin hoy han alcanzado su meta, conseguido su trofeo.

A todos ustedes les diré que jamás nos harán bajar la cabeza, que nunca derramaremos una sola lágrima por su culpa. No les daremos ese gusto.

Nos han tocado, pero no hundido; y lejos de hacernos perder la fe en esta sociedad nos han dado más fuerza para seguir luchando por un mundo en el que la Justicia sea auténtica, sin sectarismos, sin estar guiada por envidias; por acuerdos de pasillo.

Una Justicia que respeta a las víctimas, que aplica la ley sin miedo a las represalias. Una Justicia de verdad, en la que me han enseñado a creer desde que nací y que deseo que mi hija, que hoy corretea ajena a todo, conozca y aprenda a querer, a pesar de que ahora haya sido mermada. Un paso atrás que ustedes achacan a Baltasar pero que no es más que el reflejo de su propia condición.

Pero sobre todo, les deseo que este golpe, que ustedes han voceado desde hace años, no se vuelva en contra de nuestra sociedad, por las graves consecuencias que la jurisprudencia sembrada pueda tener.

Ustedes hoy brindarán con champán, pero nosotros lo haremos juntos, cada noche, porque sabemos que mi padre es inocente y que nuestra conciencia SÍ está tranquila.

Visto desde fuera, resulta llamativo que, precisamente alguien de la familia de Garzón, hable de una justicia auténtica y sin sectarismos pues su padre, mal que le pese a la hija, practicó el sectarismo desde el momento en que (por ejemplo, porque hay más) se negó a investigar los crímenes de Paracuellos y se declaró dispuesto a investigar los del franquismo cuando, no nos olvidemos, no procedía instruir ninguna de las dos causas puesto que existe una ley de amnistía.

Pero, poniéndome en su lugar o tratando de hacerlo, releo la carta y le encuentro el lado humano, veo el dolor y la rabia de una hija que tiene a su padre en un altar y que, por mucho que su lado razonable le diga que mire fríamente y desprovista de prejuicios los hechos y la sentencia, no podrá hacerlo por la sencilla razón de que es su padre y le quiere y, quizás por ello, no es capaz de admitir que actuó mal y que debe pagar por ello.

Luego, vuelvo a lo de brindar con champagne y, por un lado, como es algo que identifico con los presos de ETA que han brindado en la cárcel por los asesinatos, me entra la repugnancia típica de estos casos y, por otro, pienso en lo que afirma de que ellos brindarán juntos cada noche y me pregunto por qué lo harán porque, seamos realistas, el españolito de a pie ni tiene motivos para brindar cada noche con champagne ni medios económicos para hacerlo pero igual lo suyo es que se lo subvenciona el Tito Emilio, como parece ser que hizo con el curso de U.S.A.

Y, mientras, un montón de gente tergiversando el tema y presentándonos a Garzón como la víctima que no es en absoluto y organizando manifestaciones y afirmando que van a juzgar ellos al Supremo, ahí, con un par, a montar otra Revolución Francesa por no digerir que a un prevaricador se le ha aplicado la Ley como a cualquier otro hijo de vecino.

Pero, claro, como hay quien se cree intocable y maravilloso pues aún hay gente de la que defiende lo indefendible con Garzón y, al mismo tiempo, dicen las barbaridades más grandes a sabiendas de que no les pasará nada, sin ir más lejos Martu Garrote quien, no contenta con llamar a los discapacitados de la Comunidad de Madrid "mendigos", "pordioseros", "tullidos" y "polipoterras", ahora ha pensado ella que no le acomoda la placa conmemorativa de los sacerdotes asesinados que hay en la catedral de Granada y se ha despachado diciendo en su Facebook: "Siempre digo que en España quemamos pocas Iglesias y matamos pocos curas, pero en la Catedral de Granada dan fe de lo malos que somos los rojos".

Parece que para ella, como para Garzón, la memoria histórica no tiene más que una dirección y, como estoy más que segura de que la señora se irá de rositas por esa barbaridad, supongo que para la hija del prevaricador eso también será justicia de la “buena”, de la que impartía papá.

04 febrero 2012

Sin facturas ni salvoconductos


Cuando “El País” puso su dedito acusador el domingo pasado sobre Carmen Chacón, tuve casi la certeza de que Rubalcaba sería el ganador del 38º congreso del PSOE pues, no en vano, tienen experiencia sobrada en el tema del acoso y derribo.

Ayer, cuando Felipe González se levantó tras la intervención de Zapatero, ya no me hizo falta más, lo tuve, a pesar de las encuestas internas y del aparente triunfalismo de los partidarios de Chacón, tremendamente claro. Y lo tuve porque ese gesto de soberbia de Felipe González, más bien de desprecio infinito y de mala educación, hacia Zapatero ha, a mi entender, inclinado la balanza de las dudas que pudieran tener a favor de Chacón, ha sido un poco como la señal o la advertencia definitiva para quienes habían prometido apoyar a Chacón.

Y es que en el PSOE la vieja guardia tiene la sartén todavía muy cogida por el mango, de hecho tengo curiosidad, aunque supongo que no lo sabré jamás, por saber cuanto ha pesado en la votación el puñetazo en la mesa de Rubalcaba a Griñán del otro día.

Por otra parte, Chacón siempre ha sido la niña de Zapatero, cosa que ha confirmado hoy mismo cuando ha dicho, sin ruborizarse ni nada, eso de: “Con orgullo os digo que lo mejor que me ha pasado en mi vida socialista fue trabajar con Rodríguez Zapatero”. Craso error por su parte decir eso, puesto que Zapatero es un cadáver político desde hace mucho tiempo y, ya se sabe, cuando uno se muere (políticamente hablando) suele arrastrar.

Por último, tengo también muchísima curiosidad por el doble recuento de votos y por lo que encierran las palabras que le he oído pronunciar ahora mismo a Rubalcaba, en concreto cuando ha dicho que será el secretario general de todos, sin facturas ni salvoconductos; a mí me ha sonado a advertencia.