Aunque, etimológicamente hablando, "Holocausto" significa "todo quemado", lo que a todos nos viene a la memoria, cuando oímos o leemos la palabra, es la gran masacre que perpetraron los nazis contra los judíos y otras minorías étnicas.
Ayer me quedé de piedra cuando leí que algunos miembros de la organización ecologista "Igualdad Animal" se manifestaron delante de una granja de visones con una gran pancarta en la que se podía leer "Auschwitz animal".
A mí, con independencia de que yo no soy para nada antipieles, lo de comparar el holocausto con una granja de visones me parece una aberración, un "sacar los pies del tiesto" de forma desaforada.
¿Cómo puede nadie equiparar a un visón con una persona?, yo intento comprenderlo, lo prometo, pero, por más que lo intento, no lo consigo.
¿Es equiparable el supuesto sufrimiento de un animal de granja, como un conejo, codorniz, vaca, cordero o cualquier otro de los que comemos habitualmente sin el más mínimo cargo de conciencia ni preguntarnos como han muerto, tan sólo cogiendo una bandeja del supermercado, con el de millones de personas a las que humillaron, despojaron de todo, les hicieron trabajar hasta la extenuación, las viviseccionaron en muchos casos para hacer macabros experimentos y, finalmente, cuando no habían muerto de hambre, frío o sufrimientos, gasearlas y, con lo que quedara de su cuerpo, hacer hasta jabón?.
A ellos les trataron peor, infinitamente peor que a los visones, porque a estos los alimentan y luego los gasean y su piel sirve para hacer abrigos y otras prendas ¿y qué?, se esté o no a favor del uso de las pieles no se debe nunca, bajo ningún concepto, ni equiparar ni confundir lo uno con lo otro sobre todo porque a los visones se les trata infinitamente mejor que a las personas que sucumbieron en el Holocausto nazi, no lo olvidemos, no deberíamos hacerlo.
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