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25 noviembre 2011

A Elena ya no le pegan


Hoy es el día internacional contra la violencia hacia la mujer y, al respecto, quiero decir dos cosas y contar una historia real:

1º: No podemos, bajo ningún concepto, olvidar que no sólo las mujeres son maltratadas, que son muchos los hombres que también sufren maltrato, tanto físico como mental y que, a muchos, se les maltrata de la peor forma posible: "Con denuncias falsas y quitándole a sus hijos" y, por derivación, se está maltratando a esos niños quitándoles la posibilidad de crecer con su padre.

2º: El que este día se llame "Violencia hacia la mujer" a mi juicio no beneficia a la mujer en absoluto, es otro tipo de discriminación positiva que, a estas alturas del siglo XXI, deberíamos eliminar porque, si bien es cierto que la mujer sufre más violencia, los hombres no están exentos de ella por lo tanto, y siempre a mi juicio, debería llamarse "Contra la violencia".

Y la historia es la vida real de una amiga que, por descontado, no se llama Elena:

Mi amiga Elena es una de esas mujeres que cualquier hombre en su sano juicio querría para sí, es guapa, trabajadora, cocina de maravilla, cose todavía mejor, siempre impecablemente arreglada y dispuesta para lo que sea, derrocha simpatía y un largo etc.

Estando en el instituto empezó a salir con Valerio, estuvieron saliendo un año y luego lo dejaron y ella empezó a salir con el que luego sería su marido y casi su verdugo.

Los maltratos empezaron al volver de la luna de miel, el marido es de esos que son guapos y se lo creen y es el chulo y el hijo de puta más grande que haya parido madre.

La maltrataba con golpes, con palabras y con dinero, más bien con la carencia de é,l porque el muy cerdo tenía un trabajo muy bien remunerado y jamás le dio dinero ni para comprar comida. Ella vivía cerca de casa de mis padres y nadie se explicaba que trabajara tanto, cosiendo, limpiando casas ajenas, lo que surgiera porque, aparentemente, no tenía necesidad. Iba siempre impecablemente vestida y maquillada, la ropa se la cosía ella, el maquillaje le tapaba las marcas porque, aunque él procuraba no tocarle la cara y le pegaba con toallas mojadas en la mayoría de las ocasiones, a veces, cuando iba borracho porque también bebía, le marcaba la cara. También la humillaba hasta lo indecible, le decía inútil y puta reiteradamente entre otras lindezas, él jamás llevó cuernos pero se merecía unos más grandes que los de un ciervo.

Elena aguantó 20 años, durante los que tuvo 3 hijos, y, finalmente, reunió el valor para separarse y lo consiguió con dinero y una estrategia: "Puso una denuncia por malos tratos para que él no cumpliera su perenne amenaza de denunciarla por abandono de hogar y no le quitaran la custodia del hijo que todavía era menor de edad, renunció absolutamente a todo, se fue a un piso de alquiler con una mano detrás y otra delante y muchas ganas de vivir y de recuperar su dignidad y, luego, en un último acto de generosidad y habiendo conseguido ya el divorcio y la custodia del menor a cambio de que él se quedara con todo, quitó la denuncia por malos tratos para que el padre de sus hijos no fuera tachado de maltratador, de lo que siempre fue".

Vivió 20 años de terror, en las pocas ocasiones en las que habla de ello cuenta que, incluso por la forma de meter la llave en la cerradura, ella sabía si ese día le iba a pegar o no, tanto llegó a conocerlo, a temerlo y a acostumbrarse a la rutina del maltrato.

Pero la vida de Elena dio un giro una vez separada de su maltratador, un día se encontró cara a cara con Valerio, quien llevaba dos años separado, y empezaron a hablar, siguió un café, otro día una llamada y, poco a poco, les resucitó el amor adolescente que, en su día, tuvieron. Porque eso es lo que tienen, en los 8 años que llevan juntos están viviendo una segunda adolescencia, se les ríen los huesos juntos, se besan y se acarician a cada momento, Valerio le dice continuamente las cosas más bonitas que se le puedan decir a una mujer. Por ella ha instalado incluso un pequeño gimnasio en la casa que tienen en el campo y ha perdido parte de su tripa cervecera. Elena fue durante 20 años una víctima y ahora lleva 8 años siendo una reina y no hablo de cosas materiales, que a ella no le importan aunque también se las ha proporcionado, sino de ser la reina de Valerio.

Ambos han confesado que, en el fondo, jamás se habían olvidado y que cuando, de tarde en tarde se cruzaban y se saludaban con una leve inclinación de cabeza, sentían un pequeño cosquilleo. Yo estoy convencida de que Dios les tenía reservado el estar juntos.



P.D. Perdonad si no os comento pero ahora, aparte de considerar muchos de mis comentarios como spam, he perdido la lista de lectura (Estoy que me tiro de los pelos).

7 COMENTARIOS:

Rafa Hernández dijo...

Hola María me alegro de que tu amiga haya rehecho su vida con ese primer amor o novio, y al cerdo e hijo de puta de su marido que le peguen por ahí una paliza que lo crujan. Y tienes razón tenía que llamarse el día "Contra la violencia" ya que también hay hombres maltratados, y más de los que nos pensamos, así como hay mujeres que aprovechándose de las circunstancias están denunciando a hombres siendo falso que están siendo maltratadas, y con esto hacen un flaco favor a las mujeres que realmente sufren auténticos calvarios en manos de su pareja. Besos.

Gala dijo...

Hoy es un dia triste, un dia en el que se recuerda algo que no deberia ser... el maltrato a las mujeres, o a los hombres, que tambien existe.. aunque esté menos generalizado.

Me ha conmovido tu historia, como cada vez que en las noticias comentan sucesos de este tipo, ella, al menos ha tenido un final feliz, pudo salir del infierno.

Menos mal que no todo termina en muerte...

Me alegro mucho por ella...

En cuanto a los comentarios, nena, no te angusties... relájate, y por supuestisimo no te tires de los pelos... blogger a veces está juguetón...

Besitos mediterráneos.

Midala dijo...

jolin...cuantas historias ahi asi..que pena.Menos mal que esta termino bien y eso alegra la noche por lo menos!!!!!!Enhorabuen ami niñaa por ese final feliz.Besitossssssssss

Rosi dijo...

Nunca es tarde si la dicha es buena, ¿verdad? ... .
A tu amiga la vida le dió una segunda oportunidad, bueno y a Valerio, claro. Ahora son felices.
Besitos.

Rosana Martí dijo...

No entiendo como puede aguantar 20 años o los que sea, cuando lo único que recibe son palizas, desprecios, incomprensión etc. Si eso lo llaman amor yo no lo veo así. Me alegro que su vida ahora sea lo que tendría de haber sido siempre.

Un beso preciosa y cuídate.

PD: No me hables del blogger que me tiene contenta he estado 2 días que no podía entrar en el blog de poemas, y tampoco deja copiar las imágenes que publico, eso todavía no lo he podido arreglar, pero por lo menos ya puedo entrar. Tranquila mi niña es que están haciendo cambios que nos afectan.

TORO SALVAJE dijo...

Veinte años aterrorizada....

Eso no hay nada que lo pueda compensar.

Bueno, quizás veinte daños de cárcel para el marido y cada día de los veinte años una buena paliza.

Besos.

Mos dijo...

Me alegro por tu amiga, paisana, pero no tenía que haber aguantado tantos años junto a su verdugo. Bueno, lo mejor es que esta historia tiene final feliz, no como tantas otras que terminan en el cementerio.

Un abrazo de Mos desde mi orilla sin violencia.