Hoy me he levantado pacífica y casi apática, estoy tan cansada que no tengo ni ganas de arrearle al desgobierno (¿estaré enferma?, más todavía, quiero decir), así que como me apetece descansar de ello y voy a contar una anécdota que me ocurrió cuando mis hijos eran pequeños.
Uno de ellos dejó un día un balón fuera del sitio que tenían para guardarlos, el dichoso balón parecía que se multiplicaba, fueras por donde fueras te encontrabas con él y te tropezabas y a mí, que entre mis innumerables defectos se cuenta el de ser una maniática del orden, me ponía muy nerviosa.
Yo avisaba: "nene, guarda el balón este en su sitio que voy a terminar tirándolo", y el nene ni caso y el balón varios días dando tumbos por toda la casa, hasta en un baño me lo llegué a encontrar un día.
Tengo mucha paciencia, hasta que llego a un punto en que parece que me tocan el interruptor y ahí ya no hay marcha atrás, entonces me convierto en un volcán en erupción y hablo y actúo lo que haga falta y un poco más de propina.
Y con el balón pasó eso, que llegó el día que me cansé y, después del enésimo tropezón con él y de haberle dicho por activa y por pasiva que lo pusiera en su sitio, lo cogí con mucha parsimonia, me lo llevé a la cocina, saqué un cuchillo jamonero y lo maté, al balón, claro, no a mi hijo.
Con cada furiosa "puñalada" que le daba al balón notaba como me iba relajando, me sentó divinamente "matarlo", lo hice con alevosía y todo, lo confieso y hasta lo recomiendo, es el summum del relax.
Esto, claro está, lo lee un psiquiatra y me saca Dios sabe qué, pero a mí me relajó muchísimo y, de hecho, no descarto repetirlo.
Mi hijo me miraba atónito, no daba crédito a lo que estaba viendo pero, eso sí, no hubo otro balón más fuera de sitio.
Y la "poesía", aunque ya la había publicado la añado porque le viene al pelo:
(Perdóname Espronceda)
Con diez remaches por banda,
mango en ristre, todo acero,
no corta el pan, sino capa
un cuchillo de postín.
Puñal casero que llaman,
el jamonero, El Temido,
en cocinas conocido
del uno al otro confín.
La carne al verlo ya tiembla ,
lo del jamón ya es espanto,
y, al sentir su movimiento,
de rojo pasan a azul;
y está María en la cocina
cantando alegre una copla
pan a un lado, al otro sopa
y allá a su frente el Red Bull:
"Tú corta, cuchillo mío
sin temor,
que aquí nada tendrá alivio
ni el pescado, ni la caza
tu corte a torcer alcanza,
sucumbirán sin honor".
Veinte pollos
hechos trozo
el despojo
de las aves
ya lo han comido
los canes
fieras fieles
a mis pies.
Que es tu filo mi tesoro,
mi dios tu agresividad,
mi ley, tu fuerza y mi tiento
mi única obsesión, cortar.
Allá muevan feroz huelga
ciegas aves
por un poco más de vida
que yo aquí tengo tu filo,
¡cuanto impulsa él mí brío!
Y no hay presa,
sea cualquiera,
ni pequeña
ni mayor
que no tema
a mi cuchillo
ni a mi odio cegador.
Que es tu filo mi tesoro,
mi dios tu agresividad
mi ley, tu fuerza y mi tiento
mi única obsesión, cortar.
A la voz de "¡María viene!"
es de ver
como tiembla y se previene
a echando leches marchar;
más soy reina de ordenar,
y mi fuerza hace ceder.
En las casas
siempre ordeno
y organizo
por igual;
yo pretendo
por belleza
la elegancia
natural.
Que es tu filo mi tesoro,
mi dios tu agresividad,
mi ley, tu fuerza y mi tiento,
mi única obsesión, cortar.
¿¡Sentenciada está mi suerte!?
Yo sonrío
no me pillará la muerte,
y a ese que me condena,
ataré con mi cadena,
quizás llore su extravío
Yo no caigo,
¿qué es mi vida?
Por ganada
yo la di
cuando el jugo
del malvado
como un lobo
me bebí
Que es tu filo mi tesoro,
mi dios tu agresividad,
mi ley, tu fuerza y mi tiento,
mi única obsesión, cortar.
Son tus cortes lo mejor,
mis nortes,
el sonido y el temor
que provocas en capones,
en esos necios hinchados,
con el rugir de tus cortes.
Y tu ruido,
bello cual canto
de Castrato
al despertar,
me relajo
aplacada,
preparada
para amar.
Que es tu filo mi tesoro,
mi dios tu agresividad,
mi ley, tu fuerza y mi tiento
mi única obsesión, cortar.
34 COMENTARIOS:
jajajaja!!!!
Pero María, mira que ponerte así por un balón de nada.
A mi casi me matan en un cumpleaños, me subí a una silla para levantar una piñata y los enanos se lanzaron al asalto volcando el chiringuito, menuda yoya!!!
Tranquila y cuidate, es el frío que, a veces, da un poco de depre..
Muchos besos.
Maria me reiiiiiiiii, me vi yo, tengo mucha paciencia, ahora muchima. Tengo amiga que dice,¿como es posible tu compotamiento? tengo terror a tu independencia jajaja. Te voy a contar algo que grrrrr. Yo ya con esta estupida enfermedad, en la cama, me acababa de despertar, y viene mi hija, con 26 añines, y me dice, te voy a decir una cosa, papá me despidio de la casa, y vere si me voy, jajaja, le respondi, yo lo sabia, su padre se enfado con ella logico, no hace nada, pero mandaaaa con 26 años, lo que le dijo, si no quieres vivir con nosotros ahire. YOOOOOOOOOOO La cojo de la mano, le enseño la puerta del piso y sin opcion. Pero papá es el bueno, yo el toro que mato a manolete. Cuidate pero no mucho, que las costumbres se hacen leyes. BESITOS
Jajajajaja, ahí en plan Jack el Destripador, jajajajaja, vaya ideas se te ocurrennnnn!!!!
Besotesss!!!
Suerte que no era un bebé el que estaba fuera de sitio...
Besos.
Jie,jie,jie, pobre cuchillo desprestigiado de su función original y hundiéndose en el empalagoso plástico o cuero del malherido balón.
¿No le creaste un trauma al nene?
Un saludazo.
jajajajajajaja, pero que buena entrada , Maria , ingeniosa , y muyyyy currada y eso que te has levantado cansadaaaa-
A la cama me voi con una sonrisa de oreja a oreja- besossss
Muy cómico lo que nos cuentas! Y es que cuando la tolerancia se acaba, los modales se nos van al.....Hay cosas que muchas veces nos sacan de quicio...pero arreglarlas con un cuchillo es peligroso,jajaja...!
Un abrazo.
¡Ay las mamás, las mamás! que paciencia hay que tener, ¿verdad?.
Tengo que reconocer que tus anécdotas son siempre muy divertidas y aquí entre tu y yo, me encanta leerlas.
Deberías pensar en hacer un blog con ellas, seguro que todos disfrutamos.
Besitos.
Es que son mu cansinos, jajajaa, yo no sé si llegué a hacer eso, creo que el balón se deshinchó en un armario y lo tiré, sin más contemplaciones.
Yo... los recogía, ya ves tú, por no discutir...
Un beso, tu poesía preciosa.
Querida amiga: Yo siempre he vivido muy pendiente de la limpieza y del orden, era como una hormiguita. En casa éramos muchos y tenía que hacerlo.
Menos mal que el tiempo, las adversidades, me han abierto los ojos y me he vuelto más liberada.
Las cosas las tenemos que valorar en su justa medida y a veces, cuesta tanto hacerlo...
Quiero felicitarte por tu ingenio al transformar el clásico poema de Espronceda, me ha gustado.
Dejemos los cuchillos para el jamón.
Te dejo un fuerte abrazo en el corazón.
kasioles
Hola María, sabes , mas de una vez tuve ganas de asesinar algún balón, o coche, o cacharos varios que entorpecían mi caminar, pero jamás lo hice, al leerte pienso en lo bien que me hubiese quedado, y seguramente mis hijos hubiesen entendido la lección más que mis gritos diarios, ahora ya no están pero en sus casas… cuando voy a pasar el día, te aseguro que todo sigue igual, con mil cosas por medio que nadie pone en su sitio, y como ya no estoy en mi casa… dejo que sean ellos los que tropiecen, y seguramente dirán , como mi madre no me enseño a organizar…
Bueno amiga, que me ha encantado tu entrada. Un beso.
Jo María... pobre balón, pero entiendo lo que es ir tropezándote a cada momento con las cositas que los peques dejan por el suelo.
Besos
Es que te veo, paisana, te veo dándole al cuchillo en plan posesa o como el de "psicosis" con las puñaladas en la ducha. Sí, te veo, María.
La poesía genial. Vamos, que hasta a Espronceda le hubiera gustado esta oda al cuchillo.
Me lo he pasado pipa leyendo tus historias "asesinas". Pero dio resultado, tú. Nunca más, balones fuera. Cualquiera, nene.
Lo que digo yo muchas veces: Como un día pase el camión de los loqueros, no va a dar abasto con tanto bicho que anda suelto. Hay más fuera que dentro, te lo digo yo.
Un abrazo de Mos desde mi orilla sin cuchillos ni balones.
Jajaja, más vale ponerse una vez rojo que ciento morado dice el dicho, pero a mí me pasa igual, aunque me paso la vida gritando sin que nadie me haga caso, porque de paciencia ando ya escasita.
Buena terapia.
Ja,ja, es cierto : no hay nada como esa descarga de ira fría, casi homicida, que te relaja, te deja como nueva, limpia de frustraciones.
Lo mismo sucede con el dichoso balón que con ese electrodoméstico que no funciona...
Besos.
juajuajuajua, bueno Maria ya tuviste paciencia,jajajaja.
A veces los hijos nos ponen a prueba de paciencia.
Con diez remaches por banda... que bueno.
La verdad Maria tienes simpatía, que perdure.
Saludos cordiales maria.
dedse luego original como ella sola..jejej, un beso desde Murcia...seguimos....
Eres genial María, tus entradas siempre son buenas, pero algunas como esta.,jajajaja, que divertida eres,contigo no nos aburrimos,ingenio te sobra...Un fuerte abrazo...
¡Ay María del alma mía!!!
Cuanto me he reído, hasta me duele un poquito la barriga... Oye, da verdadero gusto entrar en un lugar como este. Es que se van todos lo males que una padece. Que sigas por mucho, haciéndonos reír
Gracias preciosa, por provocar una sonrisa que tanto bien hace a la salud.
Te dejo mi gratitud y mi estima.
Un abrazo enorme y feces fiestas.
¿Qué habrá sentido tu hijo?
Creo que se te fue la mano.
mariarosa
Amigo, ¿te han cambiado el formato del Blog? A mi si y me han fastidiado. Dime algo por favor
Un abrazo
Jolines mi niña, pues para estar vaga y cansada no veas como me has hecho reir..
Te imagino cuchillo en mano dando caza al balón malvado..
jajaja, sinceramente eres muy grande nena...
Me encantan tus historias cotidianas.
El poema.. hmmm una delicia.
Besitos mediterráneos.
Preciosa, divertida, ingeniosa y magníficamente escrita.
Es un autentico placer leerte.
Un beso.
Si te lee esto el Espronceda ese te da da un diez por su plagio, pero mereció la pena este verso, gracioso del Cuchillo jamonero que se hinco en el balón y acabaste con el cuero.
Muy bueno yo he hecho esto mismo pero con otros objetos.
Un abrazo y Feliz Navidad.
Si te lee esto el Espronceda ese te da da un diez por su plagio, pero mereció la pena este verso, gracioso del Cuchillo jamonero que se hinco en el balón y acabaste con el cuero.
Muy bueno yo he hecho esto mismo pero con otros objetos.
Un abrazo y Feliz Navidad.
Después del susto la sonrisa,
tienes ingenio.
que estos días tengas unas
¡felices fiestas!
un abrazo.
Que buenas ideas que me das.
chevere!!!!
saludos
Que derroche de imaginación, que manera de sacarle punta a la poesía de Espronceda, esto sí que es actualizar las letras. Magnífico.
Un abrazo y feliz Navidad.
¿Avería?
;)
¡muac!
Me has echo reír un rato, en tu defensa se podría decir que fue un ataque de ira debido al insistente acoso del dichoso balón, pero que conste que tu instinto asesino ha visto la luz y no sería yo el desdichado que se pusiese en tu camino.
Estupenda la adaptación de Espronceda, ya te digo me has echo reír con ganas.
Un beso María y que pases una bonita semana.
PD: No se puede entrar en el último post que has publicado.
Amiga María: En mi blog me sale que hay una entrada nueva desde hace unas horas y vengo hasta aquí y no hay puesto nada nuevo. ¿Qué es lo que es, paisana?
Un abrazo de Mos desde mi orilla seguidora.
Error mío, Mos, que fui a mirar una cosa en un escrito antiguo y lo publiqué otra vez sin querer (después lo borré).
Besos
Espronceda lo aprobaría.
Me lo he pasado genial leyéndolo.
Un abrazo
No puedo aun leeros mi niña pero paso a daros millllll besos y desearos felices fiestas!!!!os echo de menosssssssssss a rabiarrrrrrrrrrrrrrrr. Besitosssssssssssssssssss
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