Páginas

10 abril 2011

El cementerio de los trabajos muertos

Hace muy pocos años era bastante complicado en ciertos lugares comprar o alquilar una nave industrial; se pagaban, tanto por el alquiler como por la compra, precios desorbitados que, sin embargo, eran asumibles por los compradores o los inquilinos.


Y lo eran por una razón muy simple, porque había dinero disponible a un precio razonable y el dinero genera trabajo y el trabajo genera consumo y el consumo más trabajo y todo funcionaba como un engranaje bien engrasado.

Pero un día empezó a romperse la cadena y empezó a haber menos dinero y más desconfianza y, por ello, menos trabajo y, con ello, menos consumo y, a su vez , menos trabajo y a muchas de esas naves industriales que, otrora, bullían de actividad, empezaron a llegar cada día menos trabajadores, de hecho se acabaron los problemas de aparcamiento como se acabaron, también, las largas colas de camiones para cargar y descargar.

Y, poco a poco, como por arte de magia, fueron acabándose el bullicio y apareciendo los carteles, los de "se vende", "se alquila" o "se subasta" y de quemar gasoil se pasó a quemar ilusiones.

Y, entonces, en lugar de en un centro de actividad fueron, poco a poco, transformándose en algo inerte, casi carente de vida, se convirtieron en un cementerio, en el cementerio de los trabajos muertos.

6 COMENTARIOS:

El Drac dijo...

Creo que es previsible todo canto pudiéramos imaginar, pero ahora debemos estar más abocado a enontrar la justicia social y hacer que esta sociedad y los medios de producción sean menos consumistas; tratar de poner límites a las ganacias, para que la economía no sea una fuente de riqueza desm esurada sino una herramienta para vivir con comodidad. Un fuerte abrazo

chus dijo...

El cambio es considerable, y veras cuando no tengamos que comer y mucho que vender y nadie para comprar ¿QUE ES LO SIGUIENTE?.Besos

Mos dijo...

La verdad es que se inflaron demasiado los precios. La famosa burbuja inmobiliaria tenía que explotar por algún lado. Se han vendido casas y pisos a precios desorbitados. Se han dado créditos hipotecarios a tutiplén; sin apenas avales ni garantías.
Cuando estalló la crisis mundial se vio lo débil que es este país con respecto a las grandes potencias. Nuestra economía dependía mucho del ladrillo y lo que eso generaba alrededor de él en cuanto a puestos de trabajo.
Parece ser que vamos a tardar en salir de esta recesión. Ya nada será igual para la gran mayoría y encima ahora está la dependencia del petróleo y los altibajos en los tipos de interés del Banco Europeo.
Cierto es que esto funciona como una cadena donde todos los eslabones son necesarios y necesitamos coger confianza e impulso para salir del atolladero.
Ojalá que, entre todos, sepamos buscar soluciones y el paisaje deje de parecerse a un cementerio.

Un abrazo de Mos desde mi orilla.

Jose Manuel Iglesias Riveiro dijo...

Bueno es el resultado de esta economía de libre mercado liberal, los dueños de los medios de producción necesitan ganar cada año mas y se producen las burbujas con las consabidas crisis cíclicas, en las que ellos siempre ganan, al alza o a la baja y los trabajadores somos los que pagamos siempre.
Un abrazo.

mariarosa dijo...

Desgraciadamente, la falta de trabajo, sólo suma problemas. Conozco el tema, en el 2001, mi país vivió algo parecido.

mariarosa

* Inés * dijo...

Me llama la atención cuando camino, la cantidad de carteles de "Se Vende", bien sean pisos, locales, garages o comercios.
En mi barrio, han cerrado un montón de ellos, familias enteras arruinadas, negocios nuevos que duraron dos, tres meses, sin venta alguna.
No hay dinero María, sólo deudas, deshaucios y miedo, mucho miedo.
El banco no perdona, no tiene corazón, sólo números e intereses.
Un abrazo enorme, guapa.