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21 octubre 2013

España sí paga traidores


Cuando los tres emisarios que Viriato envió a negociar la paz con los romanos se dejaron sobornar por estos y, en lugar de la paz, negociaron asesinar a Viriato, a cambio de grandes riquezas y otras prebendas, volvieron al campamento romano a cobrar por su “hazaña”, Roma, por boca de su cónsul Quinto Servilio Cepión, en lugar de las riquezas prometidas les salió con un: “Roma traditoribus non praemiat “, es decir, “ Roma no paga a traidores” y, acto seguido, ordenó darles matarile, o sea, ejecutarlos.

Pero es que, en la antigua Roma, los hombres, aunque llevaban falda (creo que se llamaba dalmática) o toga, eran de los que se “vestían por los pies”, cosa que, por supuesto, se puede aplicar pocos políticos españoles y menos, muchísimo menos, a los que, pagados con nuestros impuestos, se dedican a humillar hasta la extenuación a las víctimas del terrorismo.

Hoy, con el país convertido en unos “Establos de Augías” tan llenos del fango de la corrupción que no sé si un Hércules sería capaz de limpiarlos, asistimos atónitos a la noticia, no por esperada menos temida, de que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha tumbado la Doctrina Parot. Y, más atónitos todavía, a la de que uno de los que han votado a favor de ello y, al parecer, ha hecho lo posible porque otros también votaran en ese sentido, ha sido uno de los “nuestros”, el español López Guerra.

La pena es que a López Guerra no le va a decir nadie que España no paga traidores, porque sí que  los paga, desgraciadamente, los paga con dinero, con vergüenza, con sangre de las víctimas y con dolor, sobre todo con mucho dolor, con el de esos familiares que primero tuvieron que enterrar a sus muertos y ahora ven bailar sobre su tumba no sólo a sus asesinos sino, también, a quienes tenían que defender su memoria.